Orán está ubicado a más de 500 kilómetros de Tucumán. Pero un doble crimen registrado en esa localidad (considerada como una de las principales puertas de entrada de drogas al país) dejó al descubierto vínculos con nuestra provincia. También dio una lección: Tucumán puede destinar recursos humanos y técnicos para blindar sus fronteras, pero si no cuenta con el apoyo de la Nación, la lucha no será del todo efectiva. Estas son algunas señales que se encendieron en los últimos tiempos:
1- Narcocriminalidad
Aumentaron los delitos vinculados con el tráfico de drogas. En lo que va del año se abrieron tres causas por secuestros extorsivos con tintes narco. Los casos fueron el de un vendedor de flores de marihuana; el del hermano de una adicta que no pagó la sustancia que había consumido; y el de un joven que le robó la moto a la líder de una red de narcomenudeo sin saber quién era la dueña. ¿Cuántos otros se habrán registrado y no salieron a la luz? Muchos más, según los investigadores.
En Tucumán también hay grupos armados que asaltan casas en los barrios de las periferias. Ingresan violentamente a las viviendas de personas que no tienen actividad comercial conocida y cuentan con antecedentes. Para los policías más experimentados son víctimas de las llamadas “mejicaneadas”, es decir, narcos que intentan apoderarse de la droga o del dinero que obtienen de la comercialización de sustancias de individuos que también se dedican a esa actividad ilícita.
2- Sicariato
Las vinculaciones del doble crimen de La Invernada (2021) con el de la Colonia Santa Rosa (muy cerca de Orán) registrado hace casi tres semanas fueron una señal: el fantasma del sicariato está instalado en Tucumán. La posibilidad de que en la provincia haya personas que son capaces de matar a cambio de una remuneración alerta a las autoridades. No sólo son delincuentes que tienen un total desprecio por la vida; se trata de verdaderos profesionales que saben muy bien lo que hacen y por esa razón los crímenes que cometen son cada vez más difíciles de resolver.
3- Permeabilidad
Es cada vez más evidente que la Nación perdió el control de la frontera en el norte. El contrabando crece a pasos agigantados. Por la implementación del Operativo Lapacho se han descubierto algunas actividades desconocidas, como el ingreso ilegal de repuestos de motos y de bicicletas de alta gama de mountain bike. Sobra evidencia a nivel mundial de que los narcos comparten las rutas que utilizan los contrabandistas. La falta de controles en esa zona del país también favorece la comercialización en Bolivia de vehículos, camionetas y motopartes que son robadas en distintas provincias argentinas.
4- Oídos sordos
En 2020, en plena pandemia, la oficina especializada en narcotráfico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que en Bolivia y Perú se había incrementado considerablemente el cultivo de coca (materia prima para la producción de la cocaína). Este fenómeno trajo aparejado una mayor presencia de cárteles de México, Rusia, China y Colombia, que buscaban controlar in situ la producción y distribución de la droga.
El año pasado, según las estadísticas de Gendarmería Nacional, secuestraron 1.300 kilos más de cocaína que en 2022. Los números de 2024 no se conocen, pero sí se pueden analizar algunos indicadores. Sólo en mayo la misma fuerza incautó unos 600 kilos de esta sustancia. También descubrieron varios cargamentos de marihuana, lo que indica que se está produciendo cannabis en el norte, por lo que los transas no deben recurrir al litoral para adquirirla. Otro dato: los secuestros se concretaron en operativos de control de rutina, ninguno fue realizado por una investigación previa. La preocupación de las autoridades, por ahora, es otra: temen que los cárteles comiencen con la producción de drogas sintéticas.
5- Corrupción
El narcotráfico es una de las actividades que más dinero genera a nivel mundial. Sobran billetes para comprar voluntades. En Tucumán, tres policías fueron detenidos y procesados por haber secuestrado a un vendedor de flores de marihuana. El mayor secuestro de cocaína se registró cuando gendarmes detuvieron a un compañero de la fuerza que circulaba con más de 300 kilos en la zona de frontera. El hermano de este sospechoso había sido acusado de lavado de activos años atrás.
Los integrantes de las fuerzas de seguridad no son los únicos que quedaron en la mira. En lo que va del año, sólo en nuestra provincia, se conocieron irregularidades que se habrían cometido en el Registro Nacional de las Personas (Renaper). Miguel “Miguelón” Figueroa estuvo prófugo varios meses y cuando vivía en la clandestinidad pudo alquilar departamentos y hasta comprar vehículos porque tenía un DNI falso. Uno de los ciudadanos bolivianos asesinados en Orán tenía un documento con domicilio en la capital tucumana, pero era falso.
6- Vulnerabilidad
La crisis social y económica se terminó transformando en un aliado de los narcos. La necesidad de los argentinos de hacerse de dinero urgente y fácil los transforma en los “empleados” ideales para trasladar o esconder drogas. Cuentan en este oscuro mundo que por un viaje de Orán a Tucumán con hasta 22 kilos de cocaína pagan hasta U$S400. Ese monto se incrementa hasta un 50% si el destino es Santiago del Estero, se duplica hasta Rosario y se triplica si el viaje es hasta Buenos Aires.
Trascendió que esta actividad ilícita también ha generado otro fenómeno: “alquiles temporarios” de inmuebles para esconder los cargamentos. Las organizaciones pagan hasta U$S1.000 por día como mínimo. Los valores se establecen según la cantidad de estupefacientes y la cantidad de jornadas que deben ocultar la droga.
7- Narcopolítica
El procurador Elvio Díaz era el candidato ideal. No tenía antecedentes penales, era un reconocido dirigente vinculado al rugby y realizaba tareas sociales en Juan Bautista Alberdi. Ayer fue trasladado a Orán, donde debe responder por el doble crimen de dos ciudadanos bolivianos. Al “sapo” se lo terminaron tragando los dirigentes de Libres del Sur que lo postularon para ocupar al menos tres cargos.
Este caso, como otros, dejó al descubierto los vínculos de la política con los narcos. La detención de un empleado apuntó la mirada de los investigadores al municipio de Alberdi. El legislador José Cano, que viene denunciando esta cuestión, adelantó que solicitaría una investigación sobre la relación de algunos funcionarios con personas que fueron condenadas por tráfico de drogas. Esa ciudad no es una más. Está ubicada en un punto estratégico en el tráfico de sustancias. En principio, el radical tendría el apoyo de sus pares para solicitar una investigación a fondo sobre estos vínculos.